Pilar Quirosa Cheyrouze (Tetuán, 1956, pero residente en Almería desde 1969)
Conservo el recuerdo del un mar antiguo
que desciende hasta la orilla
y es clamor de algas y arena.
Ya es memoria el rito del agua
que es talismán de las horas
y es canto y definitivo mensaje,
iluminado de estelas olvidadas.
Desde tiempos ancestrales,
donde caben los días
y se aposentan todos los instantes
que nos hablan de otras noches
henchidas de juegos y plenilunios.
De siluetas y de olor a salitre
en aquellos muelles que acompañaban
al fulgor de las estrellas.
Pues era azogue, y era pavesa, eco nítido,
pebetero de luz,
enlazando las ascuas del horizonte.
Tras la ventana, hay constancia,
esta noche se precipitan las cenizas del tiempo.