Mercedes Escolano (Cádiz, 1964)
Comienzan a alargarse las tardes
y el jardín se ha llenado de flores fucsias
–tan exóticas y brillantes
que parecen de plástico– .
Compiten con las humildes florecillas
del jaramago y el abanico verde de las malvas.
La Naturaleza se muestra exuberante estos días
y mi corazón empieza a crepitar:
un fuego recién encendido
que fuera cogiendo fuerza bajo el sol.
Por fin los días húmedos y neblinosos
han dado paso a tardes de una calidez inesperada.
Vuelven a estar en flor las retamas,
cuajadas de blancura.
Vuelven las golondrinas a ocupar
antiguos nidos, recién llegadas.
Ojalá volviera con fuerza el amor perdido
a darme la mano y llevarme por veredas fragantes,
siquiera unas horas, cuando la tarde decline
y los mirlos me recuerden la soledad.