Julia Uceda (Sevilla, 1925)
Mi infancia son recuerdos de calles de Sevilla,
de quietas barreduelas, de patios muy callados,
de luces que se cruzan con siglos y futuros
donde el tiempo navega sin destino ni pausa.
Mi infancia tiene pájaros muertos sobre una colcha,
albercas de un verdor negro y acristalado,
caracolas que trepan por un muro y regresan
y las toco con dedos que ya no son los mismos.
Llega, por muchas calles, un olor a romero,
y un aire que me abriga como un seno lejano
que recordar no puedo, las sombras de otras casas,
ruidos familiares: los pasos de la muerte.
Ella iba y venía por inviernos perdidos
acodada en las cunas, esperando en los templos.
No comprendo que un día se fuera a alguna parte
dejando su trabajo para algún otro día.
En las casas partidas por el rayo
queda una sombra fresca de velas descorridas
y lo que no recuerdo me hace señas lejanas
hasta que resuciten cuando doble una esquina